Por Johanna Maria Theile
Universidad de Chile
Johanna Maria Theile es conservadora y restauradora, profesora de la Universidad de Chile, miembro de dos directorios de conservación de la UNESCO (Directory Board del ICOM-CC (International Council of Museums-Committee for Conservation) y del Directory Board ICOM Disaster Relief Task Force). Nacida en Valparaiso, Chile, por accidente, aunque habitante de Chile por elección, tengo el honor de conocerla y mantener un trato amistoso.
Su vida profesional es intensa y admirable, trabaja en el salvataje y restauración de archivos de todo el planeta, como los miles de manuscritos islámicos de siglos de antigüedad, de las bibliotecas de Tombuctú y el Museo de Sahel, en Gao, que resultaron dañados después del golpe de estado que sufrió Mali, Africa, en 2012; o cuando el histórico Instituto Egipcio, en El Cairo, creado por Napoleón ardió en llamas en 2011 y con él la más importante colección de manuscritos y mapas del país. Estos son sólo algunos ejemplos de su apasionante actividad.
Agradezco que me haya permitido publicar estas charlas en mi página que no dudo les resultarán de mucho interés. Algunos consejos pueden resultar demasiado técnicos para el investigador amateur, pero de todos modos consideré que es importante darlos a conocer.
Restauración de Tapas de Libros en Cuero
El Cuero
El cuero es una piel de animal sometida a tratamientos químicos (curtidos) que evitan su deterioro debido a la acción del agua y las bacterias. Sus características principales son: flexibilidad, elasticidad, alta resistencia a la ruptura y facilidad de fabricación. Su principal material constituyente es el colágeno, que es una proteína fibrosa que se entrelaza en atados y representa entre el 85 al 88% del total. Además contiene otras sustancias como proteínas, grasas naturales, y aceites usados en el proceso de curtido, carbohidratos y sales minerales.
Debido a su composición, principalmente orgánico, es un material higroscópico, cuyo contenido de humedad depende de la humedad relativa del ambiente. Cambios bruscos de ésta hacen que el cuero se dilate o contraiga. Por ejemplo; al cambiar la humedad relativa de un 80% a un 30%, la superficie de algunos cueros se encoge en un 4% a 5%, pudiendo llegar hasta un 12-14%, dependiendo de la calidad el curtido. En condiciones normales, el cuero contiene de un 12 a un 14 % de agua, la cual actúa como lubricante entre las fibras moleculares, permitiendo que se deslicen entre ellas con suavidad, dándole al material su flexibilidad característica.
Para efectuar un tratamiento adecuado a una pieza de cuero, primero es importante desinfectar el objeto antes de tratarlo, revisando bien si hay insectos u hongos. Luego debe estudiarse el camino a seguir, pues no existen recetas universales. En consecuencia debe analizarse el problema especifico que uno enfrenta y elegir la mejor solución para cada objeto particular.
Almacenamiento
No pueden estar expuestos al sol. Se debe proteger del polvo, de la humedad y de la suciedad. La pieza donde se guarde debe tener una humedad relativa en el rango
45-55%, ya que una humedad mayor provoca hongos. Para mantener la humedad relativa en este rango se ha demostrado la conveniencia de utilizar vitrinas de madera forradas internamente con tela, o bien emplear cajas de madera. Cada objeto debe ser envuelto en papel japonés. Todos estos son materiales que absorben la humedad, evitando su propagación hasta el cuero, es decir, actúan como elementos aislantes. En casos extremos habría que regular la humedad del armario o vitrina con Silica gel.
Limpieza de objetos con cuero
Si el objeto es muy delicado es decir en mal estado solo se puede limpiar con un pincel para sacra el polvo .Yo los suelo limpiar las tapas de los libros con goma en polvo. En mejor estado se puede pasar una aspiradora pero con una gasa en la parte de adelante para que no puede tragar una “evidencia “ o un trozo suelto del objeto. En el caso que el objeto este en buen estado (sin problemas de acidez etc.) también se puede hacer un una espuma de un detergente suave ejemplo OMO , se coloca un poco de agua destilada en una fuente se agrega el detergente y se hace la espuma,
Pergamino
Una antigua receta muy utilizada para limpiar pergaminos es la siguiente:
100 ml de alcohol de 30% combinado con 20 gm de bilis de buey en polvo ( la vilis se la puede comprar a un carnicero), convirtiéndola en un polvo en una picadora eléctrica doméstica. Hecha la mezcla, se revuelve bien y se deja reposar por media hora. El líquido se hace pasar por un filtro para no agregar lodo al objeto, y se aplica con un pincel.
Manchas sobre el cuero
Las manchas de agua salen si se coloca el objeto sobre vapor de agua, moviéndolo constantemente a una distancia de 20 cm. de la fuente de vapor. No hay que asustarse si la superficie se oscurece más, porque al secarse desaparecerán las manchas y las zonas oscuras.
Las manchas de tinta, lápiz labial y de fruta cuesta sacarla y lo ideal es hacerlo inmediatamente después de producidas. El tratamiento consiste en colocar un algodón con un poco de agua tibia en el lugar, de este modo no penetrará la tinta dentro del cuero y el agua disuelve la tinta. Si la mancha sale, deberá colocarse agua también en todo el resto del cuerpo para que no se forme una mancha de agua.
Pegamento
Para el cuero se recomienda engrudo disuelto en agua hervida, adicionando un poco de formaldehído para impedir la putrefacción del pegamento. También se puede usar cola carpintera. Colle, Cologre y Vultro Fest 79, pero son difíciles de encontrar en nuestro mercado.
Faltantes
Para fabricar un faltante se utiliza otro trozo de cuero, si es posible del mismo animal, porque distintos materiales reaccionan de manera diferente.
Par poder trabajar en buenas condiciones es preciso llegar hasta la parte de atrás del cuero. Por ejemplo, en el caso de un asiento o silla de cuero, habrá que sacar el cuero de la silla.
Si falta un trozo grande, se corta el cuero nuevo en forma ovalada o redonda, en tamaño superior de la parte faltante, aproximadamente 1 a 2 centímetros más. Los bordes de la parte nueva se rebajan con un cuchillo y el trozo reemplazante se coloca en el lugar del faltante, bajo el cuero original, buscando que calce bien y que no se produzcan levantamientos en los puntos de contacto entre cuero viejo y nuevo. Logrando lo anterior, se procede a pegar.
Si se quiere agregar un trozo pequeño, se dibuja sobre un papel o sobre el cuero mismo la forma del faltante, que después se recorta dejando 1 cm de más para poder rebajar el borde. Se rebaja el borde del cuero original y también el borde del cuero nuevo, se prueba y si ambos calzan bien, se procede a pegar.
En caso de haber un tajo en el cuero, se corta una tira del largo del tajo, dejando a los lados unos centímetros de más. Luego se pega la tira nueva por la parte de atrás del original, tapando el tajo y dando la firmeza suficiente para evitar una mayor abertura del cuero. Esto también se puede hacer en los bordes de un objeto débil o a punto de romperse, cuidando siempre de aplicar el cuero en la parte posterior del original, nunca por delante.
Es importante, para lograr una mejor unión entre el cuero viejo y el nuevo, rebajar los bordes de ambos. Para esto, si el cuero viejo es quebradizo, es preferible usar una lija de papel fina en vez de un cuchillo. Al realizar este trabajo, se debe procurar separar el cuero del objeto mismo. Por ejemplo, la tapa de cuero de un libro debería separase –si es posible- para efectos de este trabajo, de las hojas de papel o de pergamino. Siempre se raspa en los bordes una superficie de un ancho de 1 a 2 cm.
El cuchillo se coloca un poco inclinado. Conviene probar primero sobre un trozo sin importancia, puesto que se requiere de cierta práctica para hacer los rebajes. Este sistema no sólo es empleado en cuero, sino que también es aplicable a otras restauraciones como por ejemplo en papel.
En el caso de agujeros, también puede rellenarse la parte faltante con una pasta formada por engrudo y cuero pulverizado, que se adhiere bastante bien al original.
Cuero quebradizo
Si es posible, debe medirse primero el pH para detectar la presencia de ácidos, y se coloca el producto llamado DLM emulsión de grasa N 4060.
20% Lipoderm –licker S.A.
10% Lipoderm A
10% Kariom F
60% agua a una temperatura de 60°C
En caso de que haya dificultad para disolver el lipoderm, se coloca el envase en agua caliente, a baño María y se agita hasta lograr disolución. Esta mezcla la puede aplicar varias veces, dejándose secar a temperatura ambiente y se puede usar para cualquier tipo de cuero.
El sistema que uso yo muchas veces para revivir cuero seco quebradizo es el sistema llamado BML ( British Museum leather Dressing) que contiene:
200 gm de lanolina
25 gm de aceite de cedro
15 gm de cera de abeja amarilla
330 ml de hexano.
Se hace la mezcla y se deja reposar por varios días hasta que se forma una pasta cremosa que luego que se aplica al objeto mediante un pincel o un paño. El cuero queda algo pegajoso después de la aplicación y luego la solución entra al cuero. Como también sus manos quedarán impregnadas de la mezcla, lávelas primero con hexano y después con agua y jabón.
Yo esta receta la uso mucho y me ha dado un súper buen resultado los ingredientes los compro en Michelson.
A los cueros oscuros, que son especialmente duros, si es que no tienen pinturas o dorados, se les puede aplicar la emulsión: DLMN 1101, cuya composición es:
25% alcohol
25% Tolhueno
50% grasa neutralizada SS
Esta emulsión se revuelve y se guarda en un frasco, ya que puede vaporizarse con facilidad. La emulsión se aplica con un pincel, o bien en el objeto se sumerge dentro de ella por 2 a 3 horas. Si se mueve un poco el cuero, se acelera el proceso. Este tratamiento puede aplicarse varias veces, hasta que se logre recuperar la textura deseada.
Problemas de ácidos en los cueros
En estos casos, la superficie se suelta con facilidad y los cueros son quebradizos, de modo que necesitan un tratamiento especial pués contiene ácidos. Es preciso analizar pH con un papel indicador que se coloca sobre la superficie del cuero, se agregan unas gotas de agua destilada sobre el papel. El color obtenido en el papel se busca en una tabla de color versus pH que sale en la tapa de la caja. Normalmente el cuero tiene un pH de 7. Los pH inferiores a 5 son peligrosos para el cuero.
De haber acidez, el cuero se neutraliza con amoniaco, usando una solución de 4-3% de amoniaco en agua para un pH entre 4-y 6,5, pero se recomienda dejar ese trabajo a un especialista. Otro sistema usado en un instituto de Praga, es colocar una emulsión de:
200 ml éter del ácido acético.
50 ml Hidróxido amónico (concentrado al 25%)
250 ml de acetona
50% ácido láctico
1000 ml de agua destilada.
Este sistema se ha usado principalmente en tapas de libros con manchas rojizas que se producen con el aire.
Hongos que pueden atacar el cuero:
El cuero es dañado fácilmente por hongos que se alimentan de grasa animal contenida en el cuero El daño comienza en el sector de las costuras y se reconoce por la presencia de manchas grises. Para tratar el cuero, se recomienda dejarlo ala sombra, a la intemperie, para que se mueran los hongos. Después las manchas se eliminan con bisturí o con escobilla suave. También se puede aplicar Tego-Spray varias veces al día sobre la superficie del cuero y dejarlo secar a temperatura ambiente. Para prevenir nuevos ataques es recomendable utilizando guantes, frotar con un paño humedecido en una solución de Oxidifenil Pentaclorofenol, y dejar el cuero en un ambiente de humedad relativa inferior a 50%, pero no menos de 45%, porque se puede secarse o tornarse quebradizo.
Manchas de hongo en un cuero
El cuero, cuando esta húmedo o mojado, es atacado por bacterias de los géneros Thysaura o Dictioptera. Además son sensibles a los insectos de la familia de los Dermistidae y a una especie de la familia de las termitas. Los insectos dejan agujeros en el cuero. Se puede hacer un tratamiento basado en gas dentro de vitrinas, cajas, armarios o bolsas plásticas, todos los sitios deben estar bien sellados. Para esto se puede emplear Phostoxin siguiendo estrictamente las intrucciones, ya que se trata de un producto muy tóxico. Otra alternativa es pintar el objeto con Xilamon con un pincel. Hay otros productos buenos, pero difíciles de conseguir en nuestro mercado, como es el caso de III Tespecial y el Aroma Insectenil.
Por Johanna Maria Theile
Universidad de Chile
Johanna Maria Theile es conservadora y restauradora, profesora de la Universidad de Chile, miembro de dos directorios de conservación de la UNESCO (Directory Board del ICOM-CC (International Council of Museums-Committee for Conservation) y del Directory Board ICOM Disaster Relief Task Force). Nacida en Valparaiso, Chile, por accidente, aunque habitante de Chile por elección, tengo el honor de conocerla y mantener un trato amistoso.
Su vida profesional es intensa y admirable, trabaja en el salvataje y restauración de archivos de todo el planeta, como los miles de manuscritos islámicos de siglos de antigüedad, de las bibliotecas de Tombuctú y el Museo de Sahel, en Gao, que resultaron dañados después del golpe de estado que sufrió Mali, Africa, en 2012; o cuando el histórico Instituto Egipcio, en El Cairo, creado por Napoleón ardió en llamas en 2011 y con él la más importante colección de manuscritos y mapas del país. Estos son sólo algunos ejemplos de su apasionante actividad.
Agradezco que me haya permitido publicar estas charlas en mi página que no dudo les resultarán de mucho interés. Algunos consejos pueden resultar demasiado técnicos para el investigador amateur, pero de todos modos consideré que es importante darlos a conocer.
Restauración de Libros
El material y el método de fabricación de los libros han variado con los siglos. Originalmente fueron largos rollos de papiro. El primer volumen, con la forma que conocemos actualmente, fue confeccionado en el Medio Oriente, al comienzo de la era cristiana, juntando páginas individuales de pergamino o vitela, cosidas a tapas de madera recubiertas de cuero. Esta práctica se desarrolló lentamente.
Los primeros libros hechos en imprenta surgieron en el siglo XV. La mayoría de ellos tenía tapas de cuero, aunque la mayoría poseían tapas de madera, marfil y plata. En el siglo XIX se comenzaron a usar tapas de lino.
Los libros son fácilmente atacados por insectos que gustan de la humedad alta y se alimentan del pegamento antiguo. Algunos de estos insectos también necesitan calor para vivir. Los más peligrosos son las termitas, que comen todos los componentes de un libro. Por esto hay que mantener los libros limpios y revisar frecuentemente su estado. A las estanterías puede aplicárseles una laca que no deja pasar a los insectos de la madera hacia el libro.
También los libros pueden ser atacados por el ácido llamado formaldehído que se desprende de las estanterías de madera, un daño bastante frecuente que produce contaminación interna.
Libro dañado por formaldehído
Libros de cuero
Los libros de cuero son muy sensibles y se pueden descomponer por absorción de ácido sulfúrico del ambiente, fenómeno que se evidencia por la aparición de grietas en las tapas, y desemboca en una descomposición que produce un polvo café (marrón) rojizo. Se puede hacer limpieza con agua y un detergente suave, con abundante espuma que se aplica sobre el libro abierto, dejando secar al aire. Luego la tapa puede tratarse con una emulsión para conservar el cuero. La más común es la emulsión del British Museum Leather Dressing (BMLD), que explicó detalladamente en el capitulo de cuero. Se aplica por dos días y después con un paño, se le saca brillo. En los libros de cuero actuales hay que tener cuidado al emplear agua, porque algunos tienen un tratamiento basado en potasio.
Libros con cubiertas de pergamino
El nombre viene de la ciudad de Pergamum. El pergamino se fabrica con piel de animal. La vitela es
piel de ternero, mientras que el pergamino se fabrica con piel de cordero. Por su origen animal, el principal elemento constituyente del pergamino y la vitela es el colágeno, proteína formada por unidades de aminoácidos unidas entre sí generando una gran cadena.
Estos libros también se pueden limpiar con agua destilada y detergente suave, mediante una esponja que produzca bastante espuma. Luego se aplica el tratamiento de BMLD. Pero en una capa muy fina, pues el pergamino no absorbe bien la solución, después de unas horas podrá sacarle brillo. Para recuperar la belleza original del pergamino se agrega leche a un trapo limpio y suave que se pasa por la superficie.
Libros con tapas de lino
Los libros con tapas de lino se tratan con cualquier producto de limpieza disponible en el mercado, el cual se pone sobre un trapo limpio que se aplica a la tapa. Nunca debe colocarse el líquido directamente sobre la tapa del libro para allí distribuirlo, porque esta forma de operación deja manchas en la tapa. Estos libros son menos sensibles a la humedad, pero pueden ser atacados por insectos.
Libros con tapas de cartón
Muy usados actualmente para abaratar los costos de los libros. La tapa se puede limpiar del polvo con un trapo suave. Si la suciedad es mayor puede utilizarse una goma de borrar blanda. Los libros con tapas de cartón son sensibles a los hongos si se les expone a las humedades relativas altas. Tampoco conviene exponerlos a la luz. No se les debe doblar al leer, ya que en un libro de este tipo las costuras se sueltan fácilmente, de modo que es posible quedarse con las hojas sueltas en la mano. Las páginas interiores son de papel, cuyo moderno origen es la celulosa vegetal, obtenida antiguamente de algodón o trapos, y hoy día de la madera. Las fibras largas y fuertes de la celulosa permiten una fabricación de alta calidad, pero debe tenerse en cuenta que este material es atacado con facilidad por hongos o insectos.
Para todo tipo de libro antiguo y valioso se recomienda hacer una caja de conservación que explicaré en detalle más adelante.
Montaje
Para el montaje de un libro se recomienda hacer una base de cartón forrado en género de color neutro al tamaño del libro y de tal manera que el libro no esté totalmente abierto. La página que se quiere mostrar se puede afirmar con un hilo de nylon para que no se quiebre.
Montaje de un libro con cartón sin ácido y lino neutro
Lo que NO debe hacer con sus libros:
- Al guardarlo en una estantería, no apretarlos demasiado entre sí.
- No apilarlos unos sobre otros porque se aplastan las tapas.
- No abrirlo demasiado durante la lectura porque se puede desarmar.
- Si algo le interesa especialmente, no lo anote en los bordes o subraye la línea, y menos aún arranque la página del libro.
- No tirarlo al suelo.
- Trate su libro con más cariño
Los libros grandes deben ser acostados sobre la repisa de modo que no sobresalgan. Evite colocarlos apilados en demasía, porque el peso daña. Especial cuidado se debe tener con el primer y el último libro de la estantería. Es conveniente colocar allí un trozo de madera, de forma que sea fácil sacarlos, deslizarlo sin soportar todo el peso de los otros libros. Si es posible hay que ordenarlos según su altura, para no exigir demasiado a los más chicos. Al trasladar libros evite cargarlos en cantidades poco manipulables, pues al caer se dañan fácilmente.
Por muy agradable que sea leer un libro con un trago en mano y con algo rico para picar al lado, no es recomendable pero si lo quiere hacer tiene que sacar todos los restos de su aperitivo antes de abandonar la biblioteca ya que los restos atraen a los ratones.
Cuidado con los gatos, suelen afilarse las uñas con los libros. Revise los libros de vez en cuando para desempolvarlos y verificar posibles daños causados por insectos. No ponga libros a ras de suelo, ni apoye estanterías contra muros que den al exterior, pues son húmedos; los libros que están expuestos a una humedad superior al 65%, crían hongos.
No se debe exponer un libro al sol ni al calor producido por una estufa, puesto que aumenta el riesgo de ataque de ácidos (contenidos en el papel) que pueden reaccionar en este ambiente. En la celulosa, los pergaminos y los adhesivos, la humedad está retenida por efecto de enlaces semiquímicos, que mantienen un equilibrio que depende de la humedad del aire que los rodea. Si variamos la humedad produciendo sequedad, habrá deformaciones. Lo anterior explica por qué se doblan las tapas de los libros cuando se leen junto a una chimenea. También explica la contracción de los pergaminos y vitelas. De modo que no ubique su estantería cerca de una chimenea o ventana donde pueda llegar el sol, y mantenga la estufa lejos de los libros. Es malo guardar libros en bodegas, porque éstas son muy húmedas.
Estanterías
Es conveniente asegurarse que la estantería tenga la resistencia adecuada para sostener los libros. Los distintos niveles del estante deben descansar en base a que distribuyan bien el peso. No coloque los libros pegados a la pared, pues se limita la circulación de aire. Además, de vez en cuando, abra las ventanas para ventilar la pieza.
Es muy importante que entre cada repisa haya suficiente espacio para poder sacar un libro sin problemas y poder leer los títulos. No ubique la estantería donde exista un enchufe, puesto que el movimiento obligado de los libros al conectar aparatos, producirá daños.
La estantería puede ser de metal o madera. El metal tiene la ventaja de no ser atacados por insectos, aunque - como buen conductor de calor- provoca condensación; así que es preferible colocar el libro de manera que no contacte directamente el metal. Como material de separación se puede usar corcho. Los materiales vinílicos no son recomendables debido al riesgo de manchar las cubiertas por su tendencia a adherirse. Por otra parte, es cierto que una estantería de madera puede tener termitas que luego pasen a los libros, pero la madera no se calienta fácilmente, ni se enfría rápido. Además la madera no pintada ayuda a estabilizar la humedad de la pieza. Los libros más valiosos o dañados guárdelos en una caja hecha especialmente para ellos.
Cajas de conservación
1.- Tome las medidas del libro. Coloque un trozo de cartón un poco más grande que el libro encima de un género.
Luego se deja medio centímetro para ubicar un cartón del ancho de la solapa, se deja otro medio centímetro y se pone el cartón B del mismo tamaño del libro, recortado al tamaño exacto del libro. Este medio centímetro se deja para dar flexibilidad a la caja al cerrarla.
Después de doblar el género hacia los cartones, péguelos con cola fría. Para no formar bultos en los ángulos, corte con la tijera en V en estos lugares. El resultado será una tira larga compuesta por el cartón A, la solapa y el cartón B.
2.- La caja A se hace de cartón, es un poco superior al ancho real del libro. Los ángulos se pegan con cola fría que se deja secar. Después se hace la caja B, que es del tamaño y altura exactos del libro. Se pega igual que la caja. Una vez bien secas ambas cajas, se forran con un género adecuado como lino, recomendándose colores que no cansen la vista, como beige, negro, etc.
Para que no se formen bultos en los ángulos, se cortan. Al pegar el género es bueno usar regla o una espátula de madera para que no quede un hueco entre la esquina que forman la cartulina y el género.
Una vez secas las cajas forradas, se pegan con cola fría en la tira larga de género donde están las bases A y B. Obviamente se pega la caja A a la base A, y la caja B a la base B. Para hacer más estética la caja, se coloca un género que va desde el comienzo de la parte baja de la caja A hasta el otro extremo, o sea el final de la caja B, cubriendo de este modo el trozo de la solapa.
Cuando esté bien seca la caja, coloque su libro en el lugar B, idéntico al tamaño de su libro, y use el lado A como tapa.
Restauración de los libros
El objetivo esencial de la encuadernación es el de proteger y conservar los libros del desgaste natural y manipulación.
La encuadernación es un oficio que necesita años de experiencia profesional y todo restaurador, además de la practica debe tener conocimiento de su historia y de los estilos, por ello es recomendable dejar las tareas difíciles a un profesional calificado, sobre todo cuando se trate de restaurar encuadernaciones en piel (cuero) o libros de gran valor.
Dobleces y pliegues
Los dobleces, pliegues o arrugas que habitualmente encontramos en los libros son difíciles, pero no imposibles de eliminar.
Frótelos con una plegadera y colóquelos en una prensa o con un peso encima. Si este sistema no funciona, coloque varias hojas de papel secante blanco (o papel filtro) debajo de la hoja a reparar, humedezca el pliegue y cúbralo con otro papel secante, presione luego con una plancha tibias.
Hojas rasgadas
Se usa papel tisú para reparar documentos. Se debe aplicar sobre el rasgado sólo por un lado con adhesivo metilcelulosa. Frote con una plegadera para sacar el aire y el resto de adhesivo. No olvide colocar papel encerado o un trozo de MAYLAR debajo y sobre la reparación, prense con pesas y deje secar.
Cómo se pega
Los pedazos chicos pueden pegarse con una emulsión de acetato de polivinilo. Si se trata de trozos más grandes, hay que emplear resina acrílica. En cualquier caso, antes de pegar, debe limpiarse cuidadosamente. Mientras se fragua el pegamento hay que amarrar el objeto, hasta que se seque bien.
Reparación de faltante o agujeros producidos por insectos
Puede hacer una pasta o pulpa de papel libre de ácido(desfibrar el papel en trozos pequeños y amasarlo con agua tibia y una cuchara). Colocar un cartón o acrílico debajo de la hoja con agujero, humedecer brevemente con agua el lugar dañado y colocar la pasta/pulpa de acuerdo al tamaño de los agujeros, luego con una cuchara o instrumento de superficie plana, alisar la pasta. Una vez que se ha secado, las fibras de la pulpa y del papel se habrán entrelazado, dando por terminada la tarea.
Repara faltantes
Si existen hojas con faltantes, primero se debe buscar papel similar en grosor, color, textura, etc. e injertar el parche según el siguiente procedimiento:
a) Dibujar el molde del faltante y cortar el papel con los dedos para dejar unos flequillos.
b) Dejar debajo de la hoja a reparar papel MAYLAR o melinex.
c) Pegar los bordes con adhesivo metilcelulosa.
d) Colocar encima un trozo de MAYLAR y prensare con pesas.
Reparación de cubiertas o tapas
Las tapas o cubiertas de los libros son muy vulnerables a estropearse por el uso y la reubicación en las estanterías. Si sólo se ha despegado el cuero o la tela péguelo con un adhesivo adecuado, por ejemplo PVA, engrudo de harina, etc.Libro antes y después de la restauración
Reparación de esquinas deterioradas
Como las cubiertas protegen un libro, ellas son las que sufren mayores daños en lomos, bisagras, cubiertas y esquinas.
Si se ha perdido o desgastado una esquina, envuélvala con el mismo material de la cubierta; telas o cueros, que pueden ser teñidas para darles el mismo tono y realice las siguientes tareas:
1.- Coloque el paño a través del borde exterior en dos direcciones formando una solapa triangular; deslice cuidadosamente el cuchillo o bisturí debajo del cuero, levantándolo. Si desea conservar las mismas guardas repita la operación con el borde interior.
2.- Corte un parche triangular de un nuevo material que pueda ir debajo de la solapa con 12 mm más grande para luego cubrir la esquina. Si usa cuero, éste debe ser adelgazado, lo más que pueda.
3.- Aplique adhesivo PVA debajo del parche y del cartón, colóquelo en el lugar necesario y frote cuidadosamente con los dedos incluyendo la solapa. Recuerde que los parches deben ser levemente mayores que el cartón para doblarlos y dejar bien cubiertas las esquinas.
4.- Doble los lados sobre el borde del cartón y arréglelos de manera que vaya con las vueltas al interior.
5.- Pegue con adhesivo PVA las esquinas levantadas, lo mismo que las guardas.
Reparación de bisagras rotas
Uno de los daños en mayor proporción que encontramos en los libros son las bisagras rotas.
Pasos que se deben seguir:
1.- Pegue al lomo con adhesivo PVA cabezadas muy parecidas a las originales.
2.- Reemplazar con un nuevo paño.
3.- Separe el libro de la cubierta, coloque gasa y guardas nuevas de longitud acorde a la del lomo, más dos o tres cm por cada lado, agregue adhesivo en el lomo y fije con una plegadera.
4.- Refuerce el lomo agregándole un trozo de papel kraft, debe ir de lado con algunos cm menos en la parte superior e inferior (la fibra de papel debe ser paralela al lomo).
5.- Ponga las tapas al libro y asegúrese que quede bien, con los márgenes iguales.
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Aquí tenemos algunos dibujos para que Usted entienda mejor el texto |
Por Johanna Maria Theile
Universidad de Chile
Johanna Maria Theile es conservadora y restauradora, profesora de la Universidad de Chile, miembro de dos directorios de conservación de la UNESCO (Directory Board del ICOM-CC (International Council of Museums-Committee for Conservation) y del Directory Board ICOM Disaster Relief Task Force). Nacida en Valparaiso, Chile, por accidente, aunque habitante de Chile por elección, tengo el honor de conocerla y mantener un trato amistoso.
Su vida profesional es intensa y admirable, trabaja en el salvataje y restauración de archivos de todo el planeta, como los miles de manuscritos islámicos de siglos de antigüedad, de las bibliotecas de Tombuctú y el Museo de Sahel, en Gao, que resultaron dañados después del golpe de estado que sufrió Mali, Africa, en 2012; o cuando el histórico Instituto Egipcio, en El Cairo, creado por Napoleón ardió en llamas en 2011 y con él la más importante colección de manuscritos y mapas del país. Estos son sólo algunos ejemplos de su apasionante actividad.
Agradezco que me haya permitido publicar estas charlas en mi página que no dudo les resultarán de mucho interés. Algunos consejos pueden resultar demasiado técnicos para el investigador amateur, pero de todos modos consideré que es importante darlos a conocer.
Restauración de documentos
Limpieza
El papel se limpia en seco con una goma suave. Después de borrar, las migas se sacan con un pincel. También se puede fabricar una bolsa conteniendo migas de goma, para lo cual hay que comprar una goma suave, introducirla en una moledora eléctrica; el molido resultante se pone en una bolsa cerrada de género que deje pasar un poco de miga. Esta técnica permite limpiar muy bien.
Una limpieza en húmedo sólo se puede hacer si se está seguro de que la obra sobre papel no destiñe (grabados, dibujos a tinta, etc.). Haga una prueba en un sitio poco visible con un algodón con agua tibia y luego pase papel filtro blanco para ver si destiñe. Si su papel filtro se colorea quiere decir que su obra no puede ser lavada. Si se trata de una firma que destiñe, puede fijarla agregando Paraloid al 10%.
La realización de pruebas para ver que no destiñe la obra a lavar
En el caso de que se pueda lavar, llene una gran tina con agua fría destilada, coloque la obra sobre papel, encima de un trozo de entretela más grande que la obra por tratar.
Tome la entretela con la obra sobrepuesta y sumérjala en la tina con agua. Para acelerar el proceso puede pasar a la obra suavemente un pincel. Cuando la obra está limpia, tome la entretela sujetándola con las dos manos por los extremos y levántela. La obra quedará pegada a la entretela.
Después ponga el documento boca abajo sobre un papel filtro y retire cuidadosamente la entretela. Deje secar a temperatura ambiente. Por ningún motivo toque la obra húmeda pues se rompe con gran facilidad.
Antes y después del lavado de un grabado
Cómo fabricar esquinas que faltan
Busque primero un trozo de papel que se parezca al original. Con un bisturí chico raspe la orilla del papel nuevo más o menos 1mm. Raspe también en el papel viejo 1mm en el lugar donde se va a juntar con la parte nueva. Si fuera muy difícil hacer el borde, puede marcar la forma con un lápiz. La juntura debe quedar muy bien, evitando la formación de protuberancias en el lugar de la unión. Los trozos se pegan como se explicó más arriba. Si enciende la mesa de luz podrá ver si calza bien el faltante (si calza mal verá un rayo de luz). Si el tono del papel nuevo no es igual al del antiguo, píntelo con lápices de colores cuidadosamente.
Un tajo
Esto se puede sanar comprando pegamento vegetal para pegar papel mural, luego necesitamos papel japonés del grosor de nuestro documento roto. Aplicamos el pegamento en los bordes. Hacemos una tirita a mano porque necesitamos los flecos y lo colocamos en la unión de la rotura a lo largo del tajo una tirita. Después colocamos un trozo de entretela, un vidrio y una pesa. Puede ser un libro, por ejemplo, o algo pesado que hace que el papel japonés penetre dentro del documento u hoja del libro.
Las manchas de agua
Estas salen con un lavado en agua tibia destilada, que no debe durar más de 20 minutos. Las manchas de hongos se pueden tratar con ácido oxálico al 5%, es bueno para manchas de oxidación u hongos fuertes. Este ácido se puede aplicar por unos pocos minutos, después de lo cual la obra debe lavarse muy bien.
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Antes y después de la restauración |
Cómo sacar manchas de una obra sobre papel
Las recetas dadas por Paloma Mujica (Centro Nacional de Restauración y Conservación), restauradora de papel con amplio conocimiento en esta materia son:
- Cinta adhesiva: éter sulfúrico y cloroformo (1:1), éter sulfúrico, nafta y tolueno.
- Adhesivos vegetales y colas: cualquiera de las siguientes posibilidades; agua caliente, alcohol etílico, amoniaco y agua (en partes iguales).
- Ceras, grasas: bencina, éter de petróleo, benceno, perdoro etileno, dicloro etileno, tricloro etileno, dioxano, piridinacloroformo, sulfuro de carbono, tetracloruro de carbono, xileno, tolueno, alcohol metílico y éter de petróleo.
- Oxido de hierro: ácido oxálico al 3%.
- Pintura al aceite: piridina, alcohol, bernceno, trementina y dimetil formamida.
- Resinas Naturales: alcohol etílico, alcohol metilico.
- Tintas de rotulador: alcohol étilico, acetona polietenglicol 200-600, dietilenglicol, dimetil formamide, alcohol.
- De polvo o uso: goma de borrar no grasa, lápiz de fibra de vidrio.
- Tintas de máquina de escribir y tintas grasas: ácido acético.
- Lisapol y alcohol: tensoactivos que disminuyen la tensión superficial en beneficio de una mejor penetración.
- Ceras y velas: gasolina.
- Moscas: agua oxigenada
- Sangre: agua oxigenada
Contaminación
El papel es sensible al formaldehido de la madera, así que al hacer la estantería con madera, controlar que ésta realmente se secó bien o utilizar otro material más ad doc. El ácido orgánico volátil afecta a las partículas de la plata en las fotografías blanco y negro.
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Ejemplos |
Hongos que atacan al papel
Cuando materiales como el papel están en ambientes con humedad sobre 65%, son dañados fácilmente por hongos. Las esporas de los hongos están siempre presentes y sólo requieren de un ambiente adecuado para desarrollarse, siendo muy propicios aquellos con humedad mayor a 65% y con 22 grados celsius de temperatura.
Si bien se han reportado más de 200 tipos de hongos que atacan libros y documentos, los más frecuentes son los hongos pertenecientes a los géneros Aspergillus y Penicillium.
A simple vista, el daño provocado por hongos se aprecia en la forma de pequeñas manchas de color gris, negro o café (marrón). Para poder diferenciarlos se requiere un microscopio. También las bacterias pueden dañar el papel. Los hongos y las bacterias atacan con más facilidad a los documentos y a los libros antiguos, porque estos contienen pegamento de origen animal. Se ha comprobado que los más delicados son los papeles anteriores al siglo XIX. Una vez consumido el pegamento, los microorganismos continúan con la celulosa, principal componente del papel. El resultado es un papel quebradizo, que a largo plazo se desintegra. Existen algunos tipos de hongos y bacterias que dejan manchas amarillas o rojas; el color se debe a pigmentos producidos por el microorganismo. No hay que confundir estas manchas rojizas producto de la oxidación del hierro en contacto con papel, sucede con las latas, por ejemplo, húmedas se disuelve y penetra en la fibra.
El papel se desinfecta Timol. Se puede poner al interior de un armario y el timol se puede evaporizar en un calentador eléctrico. Si uno no calienta el Timol para que se produzca el gas, el Timol no es efectivo, es decir los granos transparentes que le venden a usted así no mas no sirven. Se debe sellar todo tipo de filtración en el mueble, ya que el timol con el calor pasa a estado gaseoso. El procedimiento consiste en encender el calefactor por una a dos horas para que el timol se evapore, y el estante se debe mantener sellado por dos semanas para que actúe el gas de timol. Para prevenir daños por hongos y bacterias es preciso mantener su colección de libros o documentos en un ambiente bien ventilado, con poca luz y seco. Si el daño por hongos es leve, se puede limpiar con un pincel, después de secarlo es un sitio seco y ventilado, pero no muy caliente. Se recomienda realizar la limpieza lejos del resto de la colección para evitar contaminarla. Se debe tener presente que el calor producido por la luz solar elimina los hongos, pero también daña al papel.
Insectos y animales que atacan el papel
También hay animales que atacan a papeles, entre ellos tenemos:
- caracoles genus Limax
- wood lice order Isopoda
- book lice order psocoptera
- pez de plata sepisma saccharina
Los insectos más comunes que dañan al papel son las lepismas, termitas, cucarachas y carcomas, que prefieren los lugares húmedos. Como estos insectos rehuyen a la luz y se desplazan rápidamente, no es fácil detectar su presencia y suelen causar bastante daño antes de ser descubiertos.
Muy común es el pez de plata, aquí vemos el daño causado por él en unas estampillas... y el malhechor agrandado en un microscopio
Por Johanna Maria Theile
Universidad de Chile
Johanna Maria Theile es conservadora y restauradora, profesora de la Universidad de Chile, miembro de dos directorios de conservación de la UNESCO (Directory Board del ICOM-CC (International Council of Museums-Committee for Conservation) y del Directory Board ICOM Disaster Relief Task Force). Nacida en Valparaiso, Chile, por accidente, aunque habitante de Chile por elección, tengo el honor de conocerla y mantener un trato amistoso.
Su vida profesional es intensa y admirable, trabaja en el salvataje y restauración de archivos de todo el planeta, como los miles de manuscritos islámicos de siglos de antigüedad, de las bibliotecas de Tombuctú y el Museo de Sahel, en Gao, que resultaron dañados después del golpe de estado que sufrió Mali, Africa, en 2012; o cuando el histórico Instituto Egipcio, en El Cairo, creado por Napoleón ardió en llamas en 2011 y con él la más importante colección de manuscritos y mapas del país. Estos son sólo algunos ejemplos de su apasionante actividad.
Agradezco que me haya permitido publicar estas charlas en mi página que no dudo les resultarán de mucho interés. Algunos consejos pueden resultar demasiado técnicos para el investigador amateur, pero de todos modos consideré que es importante darlos a conocer.
Conservación
El papel, de origen vegetal, probablemente apareció en China en épocas precristianas. El documento más antiguo que se conserva es un escrito realizado por Eunchen Ts Lua, dirigido al Emperador en el año 105 D.C. Posteriormente, en el siglo VIII, los árabes aprendieron de los chinos la técnica del papel. A Europa llegó a través de los griegos con el nombre de “charta” o “papirus”; sin embargo, la fabricación de papel en Europa comenzó en el siglo XI, en España e Italia. A Chile llegó a través de los españoles. Los incas tenían un sistema de lectura en base a cuerdas con nudos.
Desde el punto de vista físico, el papel es un conglomerado laminar, formado por entrecruzamientos de fibras generalmente vegetales. Dependiendo del tipo de papel, éste tiene otros aditivos como: encolado, material de carga, pigmentos, etc. Los papeles fabricados desde fines del siglo XIX, contienen muchos ácidos que los hacen quebradizos debido a la producción de una hidrólisis de la célula. En consecuencia, los documentos antiguos tiene más resistencia que los actuales, afirmación que se puede probar exponiendo un diario a la luz solar, que tras un par de días se torna amarillo debido al daño provocado por los rayos infrarrojos y ultravioletas. En cambio un papel del siglo pasado se demora mucho más en mostrar deterioro. Es ideal que el papel tenga un nivel de acidez caracterizado por un pH 5,5.
Manuscritos
Al comienzo se empleaba tinta de carbón para realizar dibujos. Los egipcios usaron carbón con un aglutinante como el aceite, goma o agua de engrudo. Esta técnica también fue utilizada en la vieja China y en la India. Posteriormente se empleó tinta hecha de fierro, que surgió aproximadamente en el 200 A.C., es de color café (marrón) oscuro. La tinta de hierro [ferrogálica], por efecto de exposición a la luz, tiene tendencia a ponerse amarilla o café (marrón), perdiendo el color original. Como esta tinta de fierro es muy sensible a la luz y la primera señal de daño se percibe cuando el texto se trasluce por el reverso de la hoja.
La limpieza de este tipo de dibujo es difícil, debido a que es difícil distinguir entre una y otra clase de tinta. Para saber si puede desteñirse hay que hacer pruebas antes de lavarla; si destiñe, se puede fijar la tinta con resina acrílica, que sale muy fácil con acetona después del tratamiento. La prueba debe efectuarse en un lugar poco visible, porque en algunos casos podría teñirse. Sacar manchas de hongos de un documento es trabajo de especialistas por su dificultad y por el peligro de borrar los trazos de tinta.
Conservación documentos
La luz solar produce roturas en las cadenas de celulosa, perdiendo la fibra su fortaleza y dando un tono amarillento al papel (recordar el experimento de los diarios). Para proteger el papel, es necesario colocar filtros al vidrio que lo cubre o las ventanas. Otra fuente de deterioro es el anhídrido sulfuroso presente en el smog, producto de la combustión de carbón y petróleo, compuesto que al absorberse se convierte en ácido sulfúrico que permanece en el papel causando decoloración, fragilidad y manchas cafés (marrón) sobre la superficie.
Siendo el papel un material higroscópico, es más estable a humedades relativas próximas al 50%. A humedad más baja se reseca, y sobre 65% se favorece el crecimiento de hongos y bacterias, provocando un daño muy común que se manifiesta en forma de manchas superficiales grises y cafés (marrón).
Tomando en cuenta que la temperatura acelera todas las reacciones de deterioro, no deben exponerse al calor, las obras en papel. No se las debe colgar sobre radiadores y menos aún sobre chimeneas, que además de calor generan hollín y residuos resinosos, productos de la combustión de la madera.
Consejos para una buena conservación
- Manipular las obras de papel con las manos limpias. Recomendamos con guantes blancos ya que tu también tienes acidez en los manos.
- Para levantar las obras de papel con o sin passepartout, emplear ambas manos para evitar que se doblen o se arruguen.
- Jamás utilizar cintas adhesivas en obras sobre papel.
a.- Daño por adhesivos inadecuados. La cinta se suelta con el tiempo y queda la marca amarilla del adhesivo.
b.- humedad = hongos
c.- arriba se colocó un clip de metal, con la humedad el clip se oxidó y dejó la marca en el documento
- No almacenar en sótanos o bodegas donde la humedad relativa sea superior al 50%.
- Evitar colgar obras en las paredes exteriores de la casa, especialmente si éstas se encuentran heladas o húmedas.
- Nunca poner en contacto directo las obras con el vidrio, porque esto favorece la condensación de la humedad y la formación de hongos (cuyas esporas vienen del polvo transportado por el aire). También tener cuidado con el vidrio porque si se rompe puede cortar el documento.
Documento con tajos por causa del vidrio quebrado
- Promover una buena circulación de aire para reducir los riesgos de formación de hongos.
- Una medida práctica consiste en adherir pequeños trozos de corcho o de madera a los dos extremos inferiores del marco para que éste quede separado de la pared.
- Las obras no enmarcadas deben transportarse extendidas, entre dos cartones gruesos y firmes, y en ningún caso enrolladas.
- Las obras sin passepartout nunca deben apilarse, deben separarse mediante un papel protector con poco ácido.
- Enmarcar las obras más valiosas. Las menos valiosas se pueden guardar en carpetas o en sobres hechos de material con poco ácido.
- No debe enmarcar una obra entre dos trozos de vidrio, tenga o no passepartout, porque aumenta el riesgo de hongos. Y si se rompe un vidrio, se arriesga a perforar la obra causando un daño enorme. Si necesita que ambas caras tengan que estar visibles, es mejor un plástico acrílico.
- Revisar un enmarcado con cierta frecuencia para verificar que se encuentre en buenas condiciones.
- No rozar o raspar la superficie de una obra con algún elemento, por ejemplo el extremo de otro passepartout. Los grabados a media tinta, las pinturas al pastel y las serigrafías son particularmente vulnerables a daños en la superficie.
- Al limpiar una obra enmarcada nunca vacíe la solución de limpieza directamente sobre la superficie del vidrio, pues el liquido podría introducirse dentro del enmarcado manchando el passepartout o provocar un peligroso aumento de la humedad del marco. Hay que ayudarse con un paño para aplicar la solución de limpieza. Una limpieza exhaustiva debe considerar el aseo de la parte interna del vidrio, especialmente en el caso de los grabados, con la finalidad de eliminar los componentes volátiles de la tinta que pueden transferirse al vidrio generando una “imagen fantasma”.
- Las obras realizadas con pigmentos sueltos tipo pastel, carboncillo, tiza y otros similares, deben guardarse enmarcados y colgados como si fuesen pinturas de caballete, en armazones especiales y apoyadas verticalmente en estanterías.
Carpetas de conservación o passepartout
En la confección de carpetas se recomienda usar cartón de buena calidad como el micro canal MC 610. Este tipo de cartón consiste en un sándwich de cartón microcorrugado entre dos cartulinas, una de las cuales es satinada con revestimiento de pH neutro (no ácido). La carpeta se construye con dos láminas de este cartón, unidas por una cinta de algodón blanco de 2,5 cm a modo de bisagra, pegada con metilcelulosa. El lado satinado debe quedar hacia adentro. A la lámina que va sobre la obra se le abre una ventana que hace de passepartout. Un passepartout bien proporcionado deberá estar en proporción al tamaño de la obra. El borde inferior debe ser un poco más grande que el superior para lograr un equilibrio visual. La obra se coloca en el cartón del fondo, con dos bisagras que se pegan al borde superior del reverso de la obra. Nunca deben pegarse los extremos de la obra directamente al cartón del fondo. Las bisagras permiten que la obra quede suspendida libremente y sin tensiones. Jamás deben utilizarse como bisagras cintas adhesivas con pegamentos sintéticos o hechos de caucho (ejemplo: cinta scotch, masking tape, cinta de embalaje, entre otros). En cambio se pueden emplear papel engomado como el papel kraft con adhesivos naturales. Para obras realizadas sobre papel delgado, haga las bisagras de papel de seda blanco, usando como pegamento engrudo de almidón de trigo o adhesivos semisintéticos como la metilcelulosa (en productos como Metilan, Alcasit). Las bisagras tienen que ser proporcionales al tamaño de la obra y ser más anchas que altas.
El passepartout tiene por objeto crear un espacio de respiración entre el vidrio y la obra, y le permite que ésta se desplace en respuesta a las fluctuaciones climáticas. Si no se considera apropiado utilizar passepartout porque, por ejemplo, se trata de una obra moderna, el mismo espacio se puede lograr empleando una tira de cartón angosto que vaya oculta bajo el borde del marco. Es muy importante dejar este espacio en el caso de dibujos al pastel, tiza, carboncillo y otros pigmentos que se desprenden con el roce.
Para proteger la obra del polvo y de los insectos se debe usar como resguardo un cartón corrugado fijo a la parte posterior con pequeños clavos. Después se hermetizan las junturas entre respaldo y marco mediante una cinta engomada, que es permeable a la humedad y permite que la obra respire, previniendo los daños debido a los cambios climáticos.
Papel sin ácido, papel japonés y el pegamento vegetal, se venden en casas especializadas.
Almacenamiento
Para guardar documentos y arte sobre papel, es bueno hacerle un passepartout y guardarlos en unas cajas de conservación de cartón, libres de ácido. Afuera de la caja se coloca el orden del contenido para que así sacar sólo lo que se necesita y no manipular todos los documentos del interior. Los documentos también se pueden guardar en sobres libres de ácido.
Cajas para guardar documentos y dibujos
Las fotocopias de información que han sacado de bibliotecas y otros sitios, son archivos muy sensibles ya que la tinta fotocopiadora es de mala calidad y con el tiempo se desvanece a la lectura, así que sería bueno escanear todo y guardar en CD y/o pendrive y preocuparse de actualizar los sistemas, ya que fácilmente se vuelven obsoletos en el tiempo.
La conservación de documentos, fotografías y libros se ha practicado desde el inicio de estos recursos con métodos más rudimentarios, hasta la actualidad con avanzados métodos tecnológicos. Podemos tener acceso a los documentos que se conservan hoy en los archivos si fueron cuidados adecuadamente a través de los siglos. Por supuesto que muchísimos se han perdido debido al desconocimiento o la negligencia en la preservación.
Es necesario para todos los genealogistas tener, al menos, una somera idea de la forma de preservar los documentos que se puedan conservar en nuestras familias. También es interesante conocer los métodos que se utilizan en los archivos para la conservación de los mismos.
Aquí presentamos algunos artículos para que conozcan de qué trata esta ciencia.